Comenzamos con Master Race, de Bernie Krigstein, que no necesita más presentación pues ya hablamos de él largo y tendido.
Parece dura la vida del dibujante, ¿no? Atado a la mesa de dibujo, fastidiándose la espalda mientras pasan las horas pegado al lápiz... Aunque puede ser duro, no tiene porque ser siempre así. Allá por los 60, en Barcelona, había estudios y agencias de dibujantes donde estos se reunían y dibujaban sin parar páginas, sobre todo para el mercado anglosajón. Muchos de ellos, jóvenes recién llegados a la ciudad que aprendían la profesión sobre la marcha. Carlos Giménez cuenta esto a la perfección en su serie de "Los Profesionales", y para muestra de que entre tanto trabajo sabían divertirse, estas páginas.
Tiene Giménez talento para el humor, pero su especialidad es que sabe tratar el drama como pocos, sabiendo llegar a emocionar sin caer en la sensiblería. No se trata de que yo lo diga, basta con que leáis este ejemplo y juzguéis vosotros mismos.
Si aún estáis dándole vueltas a problemas de espacio en la página, pensad que podéis usarla a vuestro antojo como queráis. Llenando hasta el último espacio en blanco y metiendo todo el texto que podáis como hacía Ivà en su serie "Makinavaja"...
O dejando las páginas respirar y que bailen al ritmo que nosotros queramos, como sabía hacer Alex Toth cuando quería... ¿Recordáis cuando habñabamos de la expresividad en los rostros y la anatomía expresiva? Atentos a cómo se resuelve aquí ese problema. Un genio, vaya.
Espero que estas páginas os sean inspiradoras. Leed mucho para sacar buenas historias, haced bailar el lápiz sin parar y olvidaos de la goma, que no hay dibujo que no ayude a que el próximo sea mejor.
Seguimos otro día!
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